HOY TOD@S POR UNA BUENA CAUSA

ENSALADA DE CALABACIN CON MACERADO
PARA JAUME
Ingredientes
1 calabacín pequeño tallado grueso, 1 aguacate en medias lunas, 1 vaso de hojas de apio, 1 cucharada de bayas de goji hidratadas, 1 cucharada de semillas de sésamo negro, 1 cucharada de ralladura de chocolate puro.
Macerado: 10 hojas de hierbabuena, aceite de oliva de prensado en frío, vinagre de umeboshi y melaza de maíz. Machacar en un almirez las hojas de menta, incorporar el aceite, el vinagre y la melaza, juntar bien y reposar un rato.

ELABORACION
1. Poner el calabacín en un lado del plato.
2. Después las hojas y el aguacate.
3. Esparcir el goji, el sésamo y el chocolate.
4. Poner el macerado repartido por encima./// 


Hoy día 20 de marzo se celebra el día sin carne, mi granito de arena en forma de personaje, Jaume Rosselló, trabajó en La Revista Cocina Vegetariana y lo más sorprendente neonato vegetariano.

-Todo se resume: Un alimento el calabacín, una imagen con estrellas y 5 preguntas con respuesta.
-Os dejo con él.

1. ¿Somos lo que comemos?

En los años setenta se publicó en EE.UU. una viñeta con el dibujo de un cerdito-policía gordote, que decía “yo no creo que eso de que ‘somos lo que comemos’ sea verdad”. Lo colgué en el tablón de anuncios de la revista Integral, en donde trabajaba por aquel entonces. Al día siguiente, Josan, el hoy director de Cuerpo Mente, colgó al lado una respuesta con toda la socarronería mediterránea: el dibujo de una zanahoria muy delgadita que decía: “yo tampoco”. Unos años después, tras una experiencia singular, mi compañero y amigo se haría vegetariano, decisión que ha mantenido durante bastantes años.
Con este “Somos lo que comemos”, hoy en día tenemos libros, miles de páginas web, decenas de vídeos y documentales… Hoy, aquello que parecía una broma se ha convertido en algo serio, y no sólo por los excesos egoístas en nuestra relación con la naturaleza: si alguien tiene la oportunidad de elevar su conciencia, la pregunta surge por sí sola.
Hay una relación estrecha entre la alimentación y la vida interior, que conviene expresar mejor cada día (“después del éxtasis, la colada”). Y naturalmente, no sólo somos lo que comemos. La respuesta está más bien en nuestra percepción y en lo que sentimos en lo más profundo de nuestro ser.

2. ¿Por qué ser vegetarianos?
Somos vegetarianos por cuestiones de salud (¡muy evidentes!) y éticas, de respeto a los animales y al entorno. También como señal de inquietud solidaria con el resto de humanos (gastar 8 kilos de cereal para producir un kilo de carne de vaca es muy poco inteligente).
De todas formas, al cabo de tantos años de contestar con argumentos, a veces uno tiene ganas de responder con otra pregunta: “¿Por qué ser carnívoros?” Comer carne es algo que hoy parece realmente inexplicable y que sólo se argumentaría por las costumbres. Por eso es tan importante el papel de los padres al transmitir costumbres a los hijos.
Hoy podemos dar a conocer mejor nuestras ideas y argumentos, pero el tabú de la carne sigue muy enraizado. La gran ventaja es que la antigua marginación y desdén a los vegetarianos (que es mayor siendo naturista, por ejemplo cuando llegan los papeles para la vacunación) ha dado paso a un excelente estilo de vida. Los nuevos recursos proteicos y las habilidades gastronómicas de muchas personas comprometidas están logrando verdaderas maravillas culinarias y sabores deliciosos.
Podemos, pues, ser optimistas: dentro de poco, los vegetarianos no tendremos que justificarnos por algo tan noble… ¡más bien habrá que preguntar a los carnívoros (más del 90% de la población en España) ¡por qué lo son todavía!

3.¿Qué hizo a tus padres hacerse vegetarianos?
Un compañero de trabajo le comentó a mi padre las ventajas de la vida vegetariana para la salud. Él lo comprobó en sí mismo y animó a mi madre a aprender las pocas recetas que entonces estaban disponibles. Ella se hizo vegetariana por amor, y yo nunca les estaré suficientemente agradecido a los dos: ¡me lo pusieron muy fácil!
Ellos conocieron unos médicos naturistas extraordinarios (el Dr. Honorio Gimeno, el Dr. V. L. Ferrándiz, etc.) y todo se dio con naturalidad. Además, para mí, en la escuela y en todas partes, los “raros” siempre han sido los comedores de carne.
Quizá vale la pena recordar que a mitad del siglo pasado existía aún cierto eco idealista de décadas anteriores. Los historiadores registran una abundante producción cultural popular hasta el final de la guerra civil, si bien aquellos momentos de ideales, aquel “Todos llevamos en el corazón un mundo nuevo”, se fueron cerrando. Parecía que todo estaba muy dormido, con grandes personalidades naturistas en la cárcel, como el Dr. Eduardo Alfonso. Pero en la década de 1950 ya se organizaban encuentros y actividades, entonces limitadas a paellas campestres de domingo.
En 1978 tuve el honor de iniciar, junto a seis estudiantes de medicina, la revista “Integral”. Años más tarde le seguiría “CuerpoMente” y otros proyectos.
Hoy asistimos a un escenario muy distinto, pero cada vez más apasionante, en el que la rebeldía se expresa en movimientos animalistas, la radicalización del veganismo, etc. En resumen, creo que mis padres nos sonríen desde su nuevo hogar, en las estrellas.

4. ¿Qué se siente ante la carne, si nunca la has comido?
Una vez mis padres me dejaron en casa de los abuelos, que me dieron de comer algo de color marrón. Al masticarlo me parecía como una especie de “chicle” difícil de engullir (curiosamente ellos insistían mucho en que debía tragármelo), el caso es que aquello tenía un sabor que hoy recuerdo como vulgar, un sabor muy “infantil”.
Ver y oler la carne cruda siempre me ha producido pena y rechazo. Al cabo de tantos años, y en alguna contadísima ocasión, cedí a probar carne (creo que de pollo, y también pescado), reconozco que sin ningún motivo para hacerlo, y con una evidente decepción personal. Tanta, que sólo contribuiría a reforzar esas convicciones.
En la revista “Cocina vegetariana” hemos publicado abundantes recetas que adaptan platos con carne sustituyéndola por otros ingredientes; me viene a la memoria una salsa boloñesa de seitán, por ejemplo. Puede ser muy útil, pensando en tantas personas que quieren dejar la carne pero les cuesta olvidarla.
En realidad, lo que más puede entusiasmar es este otro estilo de vida que se propone, mucho más vital y rebosante de sabores diferentes, tanto o más placenteros. Desde un humilde gofio o un simple muesli con frutas hasta las grandes comidas festivas sin carne, hoy encontramos tanta variedad y beneficios saludables que ¡es difícil no ser vegetariano!

5. ¿Volverá a salir la revista “Cocina vegetariana”?
Reconozco que la fallida económica de MC ediciones, la empresa editorial de la revista hasta enero, nos machacó bastante. Además de la deuda económica nos dejaron sin posibilidad de reaparecer con este nombre por motivos legales.
Estamos trabajando a fondo varias posibilidades, además del formato de revista en papel. El proyecto se está retrasando más de lo previsto, pero esperamos tenerlo pronto a punto. Estoy convencido de que será una revista mejor, más útil y bien acabada. ¡Y cruzo los dedos para que guste e interese a todos!

Gracias!!! Jaume, nos gusto un montón tu aportación para este día.